La Manducateca, puro queso

Por Mar de Alvear

En Bilbao existe el paraíso quesero. Y lo regenta María Mora Mataix.

En 2015, con los 30 todavía por cumplir, María se dijo a sí misma que ése era el momento de emprender. Quedarse en el paro fue el trampolín para atreverse e inventar su trabajo a medida. Dicho y hecho: inauguró La Manducateca, en Bilbao. 

Evolución natural 

Entonces, en los inicios, concibió un negocio en torno a tres ejes: queso + pan + cerveza. Básicamente porque a ella le fascinaban dichos productos. Pasados los años, en este 2021, la oferta es más extensa. Ha incorporado otros alimentos que también le gustan y que se complementan a la perfección: vino, chocolate y café.

Reunir una oferta como la de La Manducateca no es fruto del azar, y sí de una búsqueda consciente. Y es que a ella le interesa la alimentación en un amplio sentido. “Tanto en los aspectos nutricionales -tenemos tanta información a nuestro alcance a día de hoy que comer “mal” es un pecado-, como gastronómicos. Soy disfrutona como la que más y me encanta que me sorprendan”, resume. 

Dice María que lo mejor de su tienda son los clientes. “Intentamos recordar siempre lo que les gusta y proponerles productos de su estilo”, explica. Por supuesto, a quienes llaman a su puerta por vez primera les atienden con grandes dosis de intuición. 

Ojito, los muy queseros

Por supuesto, conocen sus productos, la historia que tienen detrás y a las personas que los elaboran con mimo y dedicación. Ésta, asegura la emprendedora, es una de sus mejores bazas a la hora de recomendar y asesorar. 

Con quienes se declaran muy, pero que muy queseros, dice que hay que tener cuidado. “Muchos de ellos nos dicen ‘el Cabrales más fuerte que existe me encanta, así que dame lo que quieras’. Pero a veces le damos otro tipo de queso “fuerte” o intenso, como puede ser uno de corteza lavada (Epoisses o una Torta del Casar, por ejemplo) y no pueden con ellos. Es otro tipo de intensidad o potencia. Así que les pondríamos a prueba con Epoisses, o Casín, un queso asturiano muy muy antiguo y muy muy fuerte que no se conoce”. 

Esta mujer domina el mundo del queso y su cabeza está llena de referencias de aquí y de allá. Pensando en la tabla perfecta, señala que “una variedad de cinco quesos diferentes sería más que suficiente... Iríamos de menos a más en intensidad, y jugaríamos con las texturas (quesos lácticos, más cremosos, pastas duras...), con los tipos de leche (cabra, vaca y oveja) y con las diferentes cortezas naturales comestibles, que dan muchísimo juego. Si además combinamos quesos de importación con las maravillas de quesos nacionales que se están elaborando ahora mismo, sería ‘la releche’. ¡Nunca mejor dicho!”. 

Si tuviera que elegir solo tres, aunque advierte que es una pregunta muy difícil, diría: Lía, elaborado en Galicia por Bisqato; Pecorino Toscano y Rogue River Blue, mejor queso del mundo 2019, elaborado en Oregón, EE. UU..

María es un buen ejemplo del tesoro que siguen siendo los comercios locales, pequeños y de barrio, en manos de osados amantes del buen producto. Porque ellos son quienes mejor pueden asesorar, ella adquiere su compra en las tiendas más pequeñas posible. “Cuanto más pequeña sea, más controlarán de lo que vendan y mejor te van a asesorar. Ya sea comida, ropa, o juguetes”, indica.

Lo mejor es poder ir a la tienda, en Bilbao, conocer a María y a su equipo, y dejarse cautivar ante tanto queso y tan rico. Pero para quienes no quieren o no pueden, mucho más en estos tiempos, la venta online funciona perfectamente. Fue fruto del confinamiento de marzo y, hoy por hoy, llegan a toda España e incluso han dado respuesta a pedidos en Irlanda, Dinamarca y Alemania en las pasadas Navidades.