Komvida, emprendimiento rural femenino

Por Mar de Alvear

Un viaje, dos amigas y la voluntad por crear empleo para las mujeres y en el medio rural. Ésta es una gran historia, por génesis, presente y futuro. Es la historia de Komvida.

Beatriz Magro y Nuria Morales tienen en común tantas cosas que fue natural que sus carreras profesionales convergieran en algún punto. El encuentro fue hace cuatro años cuando estas dos amigas desde la infancia transcurrida en un pueblo de Badajoz, llamado Fregenal de la Sierra, decidieron fundar Komvida.

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En su proyecto convergió lo exótico con lo local, lo milenario y lo absolutamente moderno. Porque ellas supieron que la bebida conocida como el ‘elixir de la vida’ y que ya tomaban los samuráis, la kombucha, les podía dar mucho juego empresarialmente hablando. Tomaron por tanto esta bebida fermentada a partir del hongo de té y decidieron elaborarla aquí, en su pueblo.

De California a Badajoz

Cuando Beatriz daba la vuelta al mundo y recalaba en California, probó la kombucha.

El sabor singular se quedó en su paladar y guardado también en algún rinconcito de su mente emprendedora. Compartió la idea con Nuria, cuando ambas vivían fuera del pueblo. Y decidieron regresar. En la actualidad, Fregenal de la Sierra, con cerca de 5.000 habitantes, es el municipio con mayor consumo de kombucha per cápita de Europa. Y allí sucede todo.

“El 90% de nuestra actividad se desarrolla en nuestro pueblo natal. Tenemos oficina comercial en Madrid y ahora, un punto de venta propio. Desde que decidimos fundar Komvida, tuvimos claro que se desarrollaría aquí. Nos encanta su estilo de vida, su cultura y es donde está nuestra gente. Queríamos que nuestro proyecto sirviera para ayudar a impulsar la economía local”, explica Magro.

Para ellas era importante crear empleo para las mujeres del medio rural: “Apostamos por contratar personal femenino (90% de nuestros trabajadores). Ahora mismo somos 36 personas y casi todas, además, de Fregenal de la Sierra. En nuestro pueblo, como en la mayor parte de la España vaciada, es el hombre el que suele trabajar en el campo u otras actividades y la mujer la que se quedaba al cuidado de la casa. En cambio, ahora con Komvida hemos logrado cambiar el paradigma de muchas familias, siendo las mujeres la que salen a trabajar y el hombre el que se queda cuidando de la familia”.

Saludable. Y ecológica

En cuanto a las bondades de su producto, explican que la kombucha es una bebida probiótica rica en antioxidantes, vitaminas, ácido fólico y otros nutrientes, que además aporta un plus de energía. Entre sus beneficios está ayudar a reforzar el sistema inmunológico, a limpiar de toxinas el hígado y el cuerpo, y a mejorar la digestión y la flora intestinal. Se trata de la alternativa saludable a los refrescos tradicionales, carbonatados y azucarados. Cabe señalar que todos los ingredientes son de cultivo ecológico y proceden de mercados de proximidad gracias a proveedores locales. “La kombucha de verdad, como la nuestra, se elabora solo con 4 ingredientes: té verde ecológico, Scoby (simbiosis de bacterias y levaduras), agua y azúcar de caña ecológica. Así obtenemos nuestra kombucha original, a la que también podemos añadir frutas y otros ingredientes como cúrcuma o canela, que también son ecológicos”, señalan.

Referente empresarial

La expansión ha sido imparable. Su producto se encuentra en más de 5.000 puntos de venta y exportan a países como Portugal, Hungría, República Checa y Eslovaquia.

Además del beneplácito de los consumidores, Komvida ha recibido diversos galardones en innovación y emprendimiento, y es una de las marcas referente en entornos digitales en Europa.

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Ellas valoran el reconocimiento como el premio al esfuerzo y a la ilusión con la que empezaron. Entre sus fortalezas, subrayan haber tenido una idea diferente, creérsela y perseverar en su sueño hasta ponerla en marcha. “Y tener el coraje para ir superando etapa a etapa y no darnos por vencidas en ninguna de las pruebas, por duras que éstas sean”, añaden.

Para Beatriz y Nuria importa, y mucho, el medioambiente dado que es un reflejo de su filosofía de vida. De hecho, en Komvida trabajan activamente en el cumplimiento de los ODS y su consecución para poder alcanzar la agenda 2030. 

Además de utilizar materia prima ecológica y local, todos los residuos de los ingredientes que utilizan en el proceso de elaboración son biodegradables.

Argumentan que “el consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, o la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente. Nuestra kombucha es artesana, vegana y se envasa en vidrio, que es el material más sostenible. Además, las burbujas son naturales, no hay CO2 añadido (menos emisiones) y no utilizamos plástico en ningún momento en la cadena de producción”.

En definitiva, Komvida es un proyecto redondo porque, en palabras de sus impulsoras: “Cumple con su propósito, que es contribuir al bienestar de las personas. Además, la kombucha es una bebida cada vez más demandada… Los consumidores hoy son mucho más conscientes de lo que comen y beben y están mucho más preocupados por su salud y por los hábitos saludables que llevan. Esto hace que seamos muy optimistas de cara al futuro, y hace que nuestro proyecto haya nacido para quedarse”.